Tras las huellas de una Alcarria por descubrir, la conquense
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M.R.J.
Recuperar el patrimonio tanto natural como cultural del pueblo desde "el cariño, el respeto y la cooperación” es el objetivo del equipo de voluntarios de Castejón Activo, que han comenzado su actividad por la parte "intangible" de sus “variados y ricos" bienes: el folclore, las leyendas y las señas de identidad del municipio rescatando el "Carnaval tradicional", aunque también están desarrollando una "musealización etnográfica muy peculiar". Según han explicado a esta redacción, aunque este festejo se ha ido adaptando "con cierta flexibilidad a los cambios sociales", no deja de ser un fenómeno simbólico de "arraigo a la identidad particular" de diferentes comarcas, proporcionando un "vínculo entre presente y pasado" y un "sentido de pertenencia a una comunidad".
Por ello, desde el "respeto a las tradiciones conservadas en los pueblos cercanos" y con el afán de sumarse a ellas “de manera permanente”, han querido recuperar —con una fisionomía que lo diferencie— un elemento folclórico de la cultura popular y festiva alcarreña asociado al Carnaval, el de la botarga, una figura que se ha perdido en muchas zonas pero pervive en esta comarca, aunque sus representaciones se limitan a ciertas áreas de la sierra y la campiña de Guadalajara y a pueblos aislados de Cuenca. Se trata de un ritual ancestral con el que se pedía a la Madre Tierra abundancia en las cosechas y en la crianza de ganado, así como fertilidad para las mujeres, y con el que se celebraba el paso del invierno a la primavera para recoger el fruto de lo sembrado.
La Botarga en Albalate de Zorita (Guadalajara) se asocia a San Blas. Foto: www.turismoenguadalajara.es
Desde Castejón Activo' explican que la botarga es una figura aislada o un grupo humano revestido o también personajes figurados en torno a los que se desarrolla la fiesta con un carácter fundamentalmente jocoso, un rito que se afianzó en época romana y posteriormente se cristianizó asociándose a fiestas con advocaciones a diferentes santos, mientras que en época medieval se convirtieron en los antecesores de bufones y arlequines, que hacían piruetas y pantomimas en las cercanías de las iglesias pidiendo limosna. En algunos pueblos de Guadalajara actualmente se relaciona con San Blas y se representa como un individuo ataviado con un traje multicolor, una joroba, cencerros, albarcas de madera de calzado, una máscara grotesca que asusta a los niños y una cachiporra en la mano con la que amedranta a quienes le increpan.
Sin embargo, señalan que no se asocia a Castejón figura alguna parecida a la botarga, aunque algunos mayores sí recuerdan que, siendo ellos muy niños, se vestía a un mocete de diablillo. Sí se organizaba hasta hace bien poco la 'enharinada', una tradición conservada por los mozos (hombres jóvenes), que aprovechaban los días de Carnaval para tirar harina a las mozas (mujeres jóvenes) que les gustaban. Este ritual también era una forma de agradecer Madre Tierra el excedente en la recogida de cereal, aunque para algunos embadurnarse la cara con harina fue un sustituto de las máscaras de Carnaval cuando fueron prohibidas en los años de posguerra.
Castejón se han inspirado en 'Botargas y Mascaritas' de Almiruete (Guadalajara). Foto: www.turismoenguadalajara.es
Aunando ambas tradiciones y haciendo un guiño a San Blas, patrón de Castejón, la localidad rescatará el próximo 25 de febrero el ritual de la botarga que se llamará 'Blasillos (ellos) y Campanillas (ellas)', vistiendo los primeros con un traje de estilo rústico que de calor (pana, chaleco, lana, borreguillo, esparto, etc), un garrote o cualquier otro símbolo asociado al pastoreo, un zurrón con harina blanca (la simiente y el invierno, época de siembra), cencerros en representación de la importancia de la ganadería y máscaras que expresen lo animalístico y grotesco de la figura. Las mujeres, por su parte, llevarán un traje de color con adornos florales como guirnaldas y sombreros decorados que simbolicen la primavera, además de un antifaz sobre un maquillaje blanco con grandes coloretes y una cestita de mimbre con harina de colores como imagen de la artesanía alcarreña y de la recolección, haciendo sonar campanillas más agudas y suaves que los cencerros de los Blasillos.
Las flores simbolizan la primavera en Almiruete (Guadalajara). Foto: www.turismoenguadalajara.es
La ceremonia, basada en la de ‘Botargas y Mascaritas’ de Almiruete (Guadalajara), comenzará pasado el medio día, cuando los Blasillos aparezcan por las diferentes entradas del pueblo, haciéndose notar con sus cencerros y despertando del frío invierno, mientras se acercan hacia la plaza Mayor en busca de las Campanillas, con las que realizarán un pequeño pasacalles efectuando ciertos rituales que darán sentido a esta celebración y crearán así una identidad propia para Castejón.
El día culminará con el rescate de otra tradición, en este caso extendida por toda la Península: el entierro de la sardina con su comitiva de luto. Y es que Castejón Activo trabaja para potenciar un territorio que se extiende más allá del propio pueblo, por lo que su equipo defiende como primordial crear una "red de voluntariado" que se fortalezca creando sinergias entre todos los agentes públicos y privados que intervienen y pueden impulsar el desarrollo rural de toda una comarca.
Más información en la página de Facebook de Castejón Activo.
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